La educación inclusiva implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan juntos, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquellos que presentan algún tipo de discapacidad. Se trata de una escuela que no pone requisitos de entrada ni mecanismos de selección o discrimiación de ningún tipo, para hacer efectivos los derechos a la educación, a la participación y a la igualdad de oportunidades. En la escuela inclusiva, todos los alumnos se benefician de una enseñanza adaptada a sus necesidades.
La educación inclusiva, por tanto, ofrece a todos sus alumnos las oportunidades educativas y las ayudas oportunas (materiales, curriculares, etc) que sean necesarias para alcanzar su desarrollo académico y personal.
Hasta llegar a lo que es hoy, la educación inclusiva a atravesado varias etapas:
- Ley general de Educación de 1970: Se estableció que las personas deficientes e inadapadas fueran a la escuela junto al resto del alumnado, pues hasta entonces, la educación especial se había desarrollado en centros asistencales y hospitalarios.
- Real Decreto de 1985: Se reconoce la educación especial como parte del sistema educativo. El sistema escolar y el currículum deben adaptarse a las características del alumnadoy no al contrario.
- LOGSE 1990: Se desarrollan los principios de normalización e integración y aparece por primera vez el concepto de necesidades educativas especiales.
- Reunión de la UNESCO en Salamanca en 1994: integración de los alumnos con minusvalías en escuelas ordinarias.
Este tipo de escuelas supondrán contextos en los que los niños compartan y respeten sus diferencias, beneficiándose unos de otros, trabajando cooperativamente y desarrollando valores como la tolerancia, el respecto, la convivencia y la participación.
A nivel de aula, el reto de cada profesor será responder a la diversidad dentro de la misma y adaptar el currículum o la programación a las necesidades de cada uno de los alumnos de la misma. A nivel de centro, los profesores deberán trabajar cooperativamente, organizándose y planificar las actividades para hacer posible este gran reto que supone la Educación Inclusiva.
