Educación y multiculturalismo


Al hablar de convivencia escolar no podemos olvidar un tema que está en plena actualidad: el multiculturalismo.
La inmigración de personas de otras culturas plantea la dificultad de la plena integración de esta población en la sociedad receptora, garantizando el cumplimiento de las reglas mínimas de convivencia democrática que rijan en el país y el respeto por los valores culturales y sociales de los inmigrantes. Ese debe ser el objetivo de todos; si adoptamos un modelo de convivencia basado en la pluralidad, el respeto y la tolerancia, estaremos en el camino para lograr esa sociedad multicultural y democrática.

El movimiento multicultural es ante todo un fenómeno político y social de reivindicación de derechos humanos y civiles por parte de todos aquellos grupos que se sienten discriminados o marginados de la participación democrática ciudadana. Una lucha por la igualdad de oportunidades frente a los grupos culturales y sociales que ostentan el poder político y económico.

Todo lo anterior puede trasladarse al ámbito educativo, donde encontramos niños y niñas procedentes de diferentes lugares del mundo y culturas, que exigen una educación igual para todos y en las mismas condiciones. (Educación multicultural)

Al respecto, la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación establece la atención a la diversidad como principio básico del sistema educativo para atender a una necesidad que abarca a todas las etapas educativas y a todos los alumnos. Así pues, se trata de responder adecuadamente a las demandas educativas que la diversidad de alumnos y alumnas requieren, sin ningún tipo de exclusión.

En los tiempos que corren, y aunque a algunos nos parezca increíble, lo cierto es que son muchas las personas que aún tienen prejuicios y se muestran reticentes a proporcionar la misma educación a niños que proceden de fuera que a los del propio país.
Se hace necesaria una mayor concienciación del sociedad y un cambio de actitudes para que las disposiciones y normativas legales se puedan llevar a cabo, permitiendo una convivencia sin problemas. Ahora nos encontramos en la posición más aventajada, pues no nos vemos obligados a abandonar nuestro país en busca de trabajo y una mayor calidad de vida; si nos encontrasemos en el lado opuesto, también exigiríamos ser tratados con respeto, igualdad y desearíamos tener una convivencia en paz.

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